Fernando Alonso se marchó de Barcelona con el buen sabor de boca de los dos primeros puntos de 2025, pero con el regusto amargo de haberlas pasado muy mal durante la carrera, por ciertos déficits de su actual coche. En el cara a cara y en la degradación de los neumáticos, más agresiva con el depósito lleno que para sus rivales, los pilotos sufren cada vuelta en circuitos de eficiencia como en de Montmeló.

«Me siento competitivo el sábado y, en carrera, veo que nos falta todavía mucho, así que hay que mejorar», decía saliendo del Circuito, y esperando con impaciencia una de sus pistas predilectas. Se metió en primera línea con Alpine e hizo podio en 2023 con Aston, el día en el que le arrancó las pegatinas a Hamilton con su Mercedes, camino del primero de Verstappen, algo que quizá sólo frustró un problema en la entrega de potencia del motor, que le dejó a pocos segundos de la ansiada 33.

El Gilles-Villeneuve de Montreal es un circuito equilibrado que rodea la isla de Notre Dame, al este de la isla principal de la ciudad. Con sus estrechas barreras y su combinación de acción técnica y alta velocidad, la de Montreal puede ser una pista complicada, con un riesgo real de choque.