La orientación académica y profesional se configura como un derecho universal para todas las personas. Esta orientación está recogida en nuestro sistema educativo como un principio fundamental para una educación equitativa y de calidad para todo el alumnado.
La Orientación académica y profesional favorece el desarrollo académico y personal del alumnado, contribuyendo al logro de una formación personalizada, que propicie una educación integral en conocimientos, destrezas y valores.
Con este fin, la orientación académica y profesional del alumnado debe estar presente en todas las etapas educativas, comenzando desde la edades más tempranas hasta la inserción laboral.
Así, en la Educación infantil los alumnos y alumnas se van desarrollando personal y socialmente, esto requiere que conozcan como son, sus talentos, lo que les gusta y no les gusta…. a la vez que van conocimiento el mundo que les rodea para ir adaptándose al mismo.
En Educación Primaria es el momento de ir entrenando las habilidades y competencias necesarias tanto para la vida académica, como para la personal y social. Seguir profundizando en el conocimiento de sí mismos y trabajar las competencias clave a través de los saberes propios de esta etapa que les dotará de las habilidades necesarias para su futuro profesional como son el trabajo en equipo, la comunicación, autorregulación, resiliencia...
En Educación Secundaria es cuando más relevancia cobra la orientación académica y profesional ya que el alumnado aunque siga profundizando en su autoconocimiento y desarrollando competencias tiene que ir tomando decisiones relevantes sobre su futuro académico y profesional. En esta etapa la toma de decisiones es un aspecto importante que estará condicionado por el trabajo realizado en las etapas anteriores así como otros aspectos familiares y contextuales que puedan afectar al mismo.
Como vemos es un proceso complejo, sobre todo en la actualidad, teniendo en cuenta las nuevas demandas sociales, los cambios educativos y tecnológicos, el mercado laboral… por lo que la Orientación Educativa, inherente a la función docente, se configura como un elemento clave de apoyo y acompañamiento al alumnado y su familias para facilitar la planificación de su proyecto vital y profesional conforme a sus intereses, motivaciones, retos sociales, educativos, laborales y tecnológicos.